21 de febrero de 2010

Las llaves de la nostalgia




Con el paso del tiempo, uno se va conociendo cada vez más. Con ese “paso del tiempo”, también yo me he ido conociendo, y del montón de adjetivos que podría atribuirme, unos positivos y otros negativos, hay uno en concreto que me ha acompañado desde casi siempre, o desde que tengo uso de razón: nostálgico. No es una nostalgia que te hunda en la más profunda de las tristezas, al contrario, me gusta recordar cosas pasadas para crecer, para caminar y mirar hacia el frente. Muchas cosas vividas que me ayudan a valorar todo de lo que hoy disfruto y tengo.
Recuerdo con cariño cuando estaba en Sevilla, quedaban unos días para cumplir los 22 años y ya hacía dos meses que no volvía a casa; recuerdo que a pesar de estar en el sitio que elegí, con la alegría que me llenaba poder hacer lo que durante muchos años sentía, ( algo de lo que hablaré en otro momento más adelante), echaba muchas cosas de menos; recuerdo cerrar los ojos para dormir y soñar en un gesto que día tras día había repetido durante muchos años, llegar a casa y soltar mis llaves encima del mueble de la entrada, preguntar en voz alta: ¿mama?, y escuchar: ¿qué?. Era para mi un gesto cargado de significado, un gesto que englobaba mucho más que soltar unas llaves: había llegado a casa, a la casa que me vio nacer y crecer, a la casa donde siempre me esperaban. Atrás han quedado todas aquellas veces en las que ponía mala cara a la comida que no era de mi agrado, o cuando me enfadaba porque mi padre hacia ruido al tomarse la sopa. Hoy, y después de tantos años, la distancia me ha hecho valorar mucho. Valorar todo lo que mis padres me enseñaron y me enseñan aun todavía. Estoy seguro que todos nosotros hemos aprendido de nuestros padres, de aquellos que con su amor y cariño nos criaron; pese a que alguien se lleve mejor o peor con sus padres, o que haya más o menos confianza; creo que todos los tenemos de referentes en nuestras vidas. De los míos he aprendido muchas cosas, pero si tuviese que resumirlas, podría decir que de mi padre he aprendido que las personas se valoran por como son, hacen y se comportan, y no por las cosas que dicen o la palabrería que se tiene. De mi madre su fuerza, y ejemplo de lucha en la vida, hoy en día, con su ejemplar cuidado de mi abuela que es totalmente dependiente de ella. He aprendido que la nostalgia me hace aprender.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya ves Jose... sigo tu blog ehhh, jejeje Me alegra poder compartir contigo este espacio y otros menos serios jejejeje.
Me ha gustado mucho esta reflexión; sobre todo por el matíz que le has dado a la palabra "Nostalgia". "No es una nostalgia que te hunda en la más profunda de las tristezas, al contrario, me gusta recordar cosas pasadas para crecer, para caminar y mirar hacia el frente. Muchas cosas vividas que me ayudan a valorar todo de lo que hoy disfruto y tengo". Esa es la clave... mirar al pasado para poder seguir creciendo, mirar al presente para disfrutar de aquello que tenemos y hacia el futuro para recordar que la vida no es algo estático ni un momento congelado. Que cada día es único, y en ellos vamos construyendo una historia irrepetible y recorriendo un camino para el que no hay marcha atrás. Que vivir (y creer) es crecer, siempre, hasta el último día. Que la vida no se gasta, sino que se construye. Y el tiempo que pasa no es tiempo que descuentas, sino un relato que vas creando...
Un fuertísmo abrazo y FELÍZ semana Jose.

Pep

Jose Luis dijo...

Muchísimas gracias de nuevo por seguir mi blog!!! Veo que has entendido muy bie lo que he querido expresar, por lo que creo que tu también hs vivido o lo vives así! un fuerte abrazo y feliz semana también para ti!!!

Alberto Vergal dijo...

Ante de todo felicitarte por tan buena reflexión.

LA nostalgia,supone el recuerdo de algo pasado y anhelado,en todo momento creo que lo anhelado es productor de deseo,y los deseos casi siempre son causa de tristeza.Es aquí donde me gustaría diferenciar entre dos clases de tristezas:la ya vivida y consumida que recuerdas con sentimiento de ser algo positivo que viviste en tu vida,y que hechas de menos pero sabes que sera irrepetible(por ello triste);y la otra clase de tristeza,es de aquello que necesitas que supone un deseo continuo en tu presente y futuro,que te entristece,que te hace ilusiones para un presente que te causal dolor.Casi siempre este tipo ,se debe a una experiencia del pasado tan maravillosa que te lleva a crear una ilusión que siempre te hace recordar el pasado.

Finalmente,me siento poco identificado con tu regreso al hogar,es verdad y creo que lo dejas bien claro,en esa casa familiar es donde hemos aprendido y hemos crecido,pero el pan no se puede comer hasta que no sale del horno.Quiero decir,que debemos salir de esa casa para formarnos finalmente y constituirnos como únicos seres.Mientras estamos en casa seguimos siendo copias de nuestro padres.
A mi no me gusta regresar a casa,tan solo quiero estar en mi independencia,por que por ella se forja mas mi ser.
Un cordial saludo

Jose Luis dijo...

Muchas gracias por participar en mi blog,Alberto, eso me indica que me sigues y lees! Gracias campeón!!! Me alegra que dejes tu punto de vista, opinones, etc...
Estoy de acuerdo en lo que dices de que tenemos que volar del nido, pero no lo estoy mucho cuando dices que mientras permanecemos en casa, somos copias de nuestros padres, no creo, aunque es cierto que influyen en nuestra manera de hacer las cosas, pero debemos tener presente que sus influencias serán siempre buenas. Por otra parte decirte, que no volví a casa, que desde que salí hace ya casi 9 años sólo he vuelto en vacaciones, fines de semana o dias de descanso, pero cuando voy disfruto mucho allí y a veces me siento como si el tiempo no hubiera pasado! Hoy por hoy creo que no como en casa no se esá en ningún sitio, eh! je,je,je,je un beso campeón