28 de junio de 2012

Amarillo



No hace mucho, un amigo me habló de un libro que se estaba leyendo; hoy he encontrado algo sobre ese libro en ideamos.wordpress.com, me he encontrado justo con lo que él me explico. Os lo dejo por si os interesa. 

“El mundo amarillo” de Albert Espinosa (1973), actor, director, guionista de cine, teatro y televisión y director, entre otras, de la divertida película “Planta 4ª“.
Habla de lo que él llama su mundo amarillo, el mundo que le hace feliz y en el que le gusta vivir. Escribió este libro para contar sus experiencias de vida durante diez años en que padeció cancer, pero sobre todo para hablar de los “amarillos” que encontró en el hospital, personas que al principio pensaba que eran sus amigos, sus almas gemelas o sus ángeles de la guarda, pero eran algo más, eran desconocidos que de repente formaban parte de él, le entendían más que cualquier otra persona del mundo y notaba que le ayudaban de una manera tan profunda que le hacían sentir comprendido e identificado con esas personas.
Un amarillo no es lo mismo que un amigo, está entre el amor y la amistad. Es alguien especial en tu vida. Son reflejo de uno, en ellos están parte de nuestras carencias y el conocerlos hace que demos un salto cualitativo en nuestras vidas. Son personas que te marcan y que te hacen sentir mejor, y la relación con ellos puede ser muy corta o no …., incluso un amigo puede ser un amarillo, son personas especiales que te hacen sentir especial. Son personas que de alguna manera cambian tu vida.
Y aquí estoy, pensando y dándome cuenta de que yo tengo alguno de esos “amarillos” que sin ser amigos son muy importantes en mi vida. Voy a seguir buscándolos. Me parece interesante tenerlos detectados.

Termino dedicando esta canción a ti, a quien sabes que va dirigida, un beso muy grande amarillo mio!!!


2 comentarios:

Braulio Martínez dijo...

Dicen algunos estudios psicológicos que a partir de los 30 las personas ya no hacemos amigos, sino conocidos. Pero la vida real no se puede encajar en estudios… es mucho más compleja, lo que a veces la convierte en mucho más sencilla.

Compleja era la situación en la que yo te conocí, hace ahora un año, y precisamente por eso fue muy sencillo que congeniáramos tan bien.

Lo acababas de dejar con tu novio de tres años, con el que vivías, y te ibas a venir a mi piso lo que restaba de verano mientras encontrabas algo. Pero al final encontraste una chica que también lo acababa de dejar con su novio y tenía un cuarto libre... así que ya puestos decidimos conocernos en persona de todas formas.

Aún recuerdo la primera vez que te vi en persona. En correos. Aparece un chico más alto que yo (lo cual no es difícil), delgado y con una sonrisa de cortesía que denostaba simpatía, pero tristeza. Nos compramos un helado y nos fuimos al parque a hablar. Muchas horas después, nos despedimos sabiendo que aquella primera toma de contacto no sería la única…

… le sucedieron muchas más, en una etapa de tu vida en la que parecía que daba igual lo que te dijera: no hacías más que llorar y creer que eso nunca acabaría. ¿Recuerdas cuando me preguntabas "puedo subir a tu piso?" :) Mi manía por llegar siempre hasta el fondo de la cuestión sacó cosas de ti que pocas veces habías compartido con nadie. Fue una conexión tan intensa, que se confundieron sentimientos y emociones, en una mezcla que jamás había experimentado con nadie.

Casi siempre acabábamos la conversación conmigo diciéndote "tranquilo Jose, de esta saldrás, sonreirás y te reirás de todo". Tu respuesta siempre era la misma "¿pero cuando? ¡dime cuando que yo quiero salir ya!". El tiempo te ha demostrado que no hay respuestas concretas a esa pregunta, se sale poco a poco y sin darse cuenta.

¿Recuerdas la primera vez que te viniste de fiesta? Estabas sentado en una esquinita de la cama, calladito, sonriendo con tu sonrisa de cortesía y casi sin hacer ruido. Quien lea esto y te conozca ahora probablemente dirá… ¿en serio? ¿Jose Luis calladito sentado en una esquina? ¡Eso es imposible! :p

Empezaste a soltarte con los bailes de Beyoncé, "run the world" ¿te acuerdas? A partir de ahí, la evolución ha sido espectacular. Cada vez más sonriente, más feliz. Pasaste de no salir nunca en Granada, a tener tu propio grupo de amigos, y, lo más importante, a ampliar por ti mismo tu círculo de amistades, al margen de "grupos". Y yo, a estar orgulloso y sobre todo feliz, de verte sonreír y creer en ti mismo de nuevo. (continúa)

Braulio Martínez dijo...

(continuación)

Y aunque pueda parecer, por lo que he contado, que eres tu quien me podría dar las gracias, lo cierto es que es al revés. Tengo mucho que agradecerte. Más de lo que quizás nunca te haya dicho.

Tengo que agradecerte que seas ese punto de alegría que contrasta con mi "seriedad". Que seas esa persona que me entiende desde un punto de vista que poca gente más puede ver. Que seas la persona con la que puedo "desnudar" completamente todo lo que soy y siento, sin pasar ningún tipo de vergüenza.

Tengo que agradecerte, que seas esa persona a la que puedo ver y fundirme en un abrazo, bien sea riendo, bien sea llorando, y saber que entiendes perfectamente mis motivos.

Pero sobre todo, tengo que agradecerte que me hayas permitido conocerte al cien por cien. Me hace gracia la gente que te conoce de fiesta, o hablando de "grindr", del tío que te dice tal o cual cosa, y creen que ya te conocen... Me hacen gracia, porque se están perdiendo muchísimo más de lo que imaginan. De hecho, se lo están perdiendo todo.

Y es que eres muchísimo más de lo que muestras. Tienes una sensibilidad, una capacidad para escuchar, entender, aconsejar y ponerte en el lado de quienes te importan, que sorprendes. Pero lo que más me gusta de ti, es tu generosidad. Eres generoso con quien quieres, más de lo que superficialmente se puede llegar a imaginar. A mi me lo has demostrado muchas, muchísimas veces (de hecho… siempre).

Quienes no te conocen de verdad se pierden a una persona con la que te puedes sentar a hablar horas y horas, desde los temas más serios y profundos hasta los más mundanos y absurdos, y siempre a la altura de las circunstancias.

Dicho esto, y aunque podría decir mucho más, quiero que te detengas por un momento. Ya te lo dije una vez, pero no me importa repetírtelo: olvídate de todo y observa… ¿ves de quiénes estás rodeado? Gente genial, gente que te quiere, gente a la que importas… puedes y debes sentirte orgulloso de cómo eres, y de quién eres.

Pero sobre todo, puedes sentirte orgulloso por saber perdonar aquello que te hiere, y seguir adelante. Para cuando pierdas el rumbo de nuevo, que nunca se sabe en esta vida, quiero que te quedes con lo siguiente: aquí estaré para acompañarte, esté yo con quien esté, y esté donde esté. Y es que me has ayudado tanto, casi si que te dieras cuenta, que lo menos que mereces es eso. Siempre has estado conmigo en todo.

Estoy encantado de ser tu amarillo, pero recuerda: tu eras mi amarillo primero. Y lo seguirás siendo.

Te quiero, te quiero, ¡y mil veces te quiero!